Retomamos la sección de LEMtrevistas que comenzamos no hace mucho en este blog. Tras la primera charla con Jorge Lario he tenido el placer de hablar un rato con el gran Javier Nula, que ha sido uno de mis profes durante un par de años.
Guitarrista, compositor y cofundador del grupo Ópera Magna es uno de los guitarristas más técnicos de este país. Si pensáis que suena a peloteo es porque no lo habéis visto tocar en directo. Su técnica y precisión, compaginada con la melodía, es sencillamente brutal. Y aquello de la mano es más rápida que el ojo se cumple en su caso.
Y no solo es un gran guitarrista, si no un profesor excelente y un tío de puta madre (¿se pueden decir tacos en este blog?). Personalmente me ha enseñado y motivado un montón para mejorar en mi forma de tocar durante los años que he compartido clase con él.
Pero bueno, dejo de decirle piropos a ver si se los cree y se viene arriba 😛 y vamos con la charla. Como siempre es muy interesante hablar con músicos sobre música, instrumentos, formación y experiencias.
¿En qué momento te empezaste a interesar por la guitarra y pensaste en aprender a tocar?
Prácticamente toda la vida había querido tocar un instrumento. Cuando era pequeño jugaba con Quique, el otro guitarrista de mi grupo Ópera Magna, a que teníamos un grupo y desde que íbamos a segundo de primaria teníamos esa fantasía sobre que algún día tendríamos un grupo. Ya de adolescentes vimos la ocasión real. Su hermano mayor tocaba, él se compró una guitarra, yo me compré otra y fuimos aprendiendo juntos.
Tendría 13 años más o menos cuando empecé a aprender (hace ya 20 años) y casi desde el primer día me enganchó mucho. Me piqué, me apasionaba, estuve siempre practicando y así hasta hoy.
¿Cómo surgió la posibilidad de dar clases de guitarra? porque, tu estudiaste filosofía ¿No?
Sí, estudié filosofía y la verdad es que nunca se me había pasado por la cabeza dedicarme a la música. Me acuerdo que un amigo, una vez, tocando juntos, me dijo “hostia, ¿y tú no has pensado dedicarte a esto?” Recuerdo haberle dicho que ni me lo había planteado, porque para mí era un hobby, me divertía y ya está. El caso es que con el tiempo le das clase a algún amigo, enseñas algunas cosillas y después de ser alumno de Jorge (Lario) aquí en la academia durante un par de años, me propuso si quería dar clases y le dije que sí. Además al ser profesor, aunque sea de otra materia, tenía idea de pedagogía, de cómo enseñar y, la verdad, es que me encanta.
Me gusta mucho dar clases de filosofía, pero también me gusta mucho dar clases de guitarra y ahora mismo me dedico a esto; la filosofía la tengo olvidada.
Dando clase, ¿hay algo que te mole más a la hora de enseñar?
En realidad no, me gusta todo. Me gusta mucho dar técnica, dar teoría, ayudar a improvisar, no sé… hay muchos alumnos que piensan que si eres un cierto tipo de guitarrista sólo te gusta dar ese tipo de clases, pero en realidad no. Por ejemplo, ahora mismo aquí en la academia tengo un alumno al que le estoy enseñando a tocar la guitarra clásica, que yo también aprendí, y me gusta mucho. Tengo otros alumnos a los que les enseño a tocar cosas heavies, o técnica pura y dura, y también me mola. Así que no hay una cosa que me guste enseñar más que otra.
Ya que mencionas tu formación en guitarra clásica, ¿cuándo te planteaste estudiar música de forma más general y no sólo centrada en la guitarra eléctrica?
Pues mis padres llevaban mucho tiempo, desde que empecé a aprender a tocar la guitarra, queriendo que me apuntase al conservatorio. Yo, sin embargo, estaba muy empeñado en que no quería porque, en ese momento, la música clásica como tal no me apasionaba y, además, no era el tipo de enseñanza que quería. Sólo quería divertirme tocando y no quería estudiar música como tal.
Sin embargo, mi hermana empezó a estudiar el clarinete en el conservatorio. Yo le cogía los libros y veía que, aparte de gustarme tocar, también me gustaba aprender esas cosas de música que no conocía. Entonces me piqué un poquito y me planteé estudiar algo de música, teniendo una certificación real, tener una visión más amplia y no centrarme solo en la guitarra. Así que me apunté a clases de violín. Empecé a estudiar violín, pero no podía con todo, se me hacía muy cuesta arriba un instrumento más. En esos momentos estaba trabajando y estudiando, acabando la carrera, así que estuve un par de años con el violín y lo dejé. Más adelante me planteé estudiar guitarra clásica pensando que me apetecería más y me costaría menos y, en efecto, así fue. Avanzaba más rápido que con el violín porque, claro, era el mismo instrumento y, más o menos, había muchas cosas que ya tenía avanzadas.
Eres un guitarrista que toca muy rápido y, desde fuera, siempre se piensa que el guitarrista que toca rápido sólo se preocupa por la técnica, por tocar cada vez a más velocidad, etc.¿alguna vez has pensado que caías en ese tópico del guitarrista veloz y que estabas obsesionado sólo por la velocidad?
Sí que he pasado por eso, y entiendo que hay muchos prejuicios en muchas cosas y muchas veces son ciertos. En la guitarra eléctrica, moderna sobre todo, lo que pasa es que hay mucha tontería, por decirlo de alguna forma, y mucho prejuicio por todos los lados. Hay muchos guitarristas que, es verdad, se obsesionan con la técnica y se olvidan de que están haciendo música. También hay muchos guitarristas que parece que les salen sarpullidos por hablar de técnica cuando, en realidad, en todos los demás instrumentos que conozco no existe esa disputa entre una cosa y la otra, y ambas van cogidas de la mano. No es habitual ver a un violinista que tenga mucha técnica y que no sepa las notas que está tocando, cosa que pasa en la guitarra. Tampoco es habitual encontrar un violinista increíble que sea concertista y que no sea capaz de encadenar una escala seguida porque se equivoca. En el único instrumento en el que pasa esto, es en la guitarra, y a lo mejor el bajo y otros similares.
Sí que es cierto que en mi aprendizaje, durante muchos años, me centré un poco más en la técnica. La desarrollé mucho más que la musicalidad o el conocimiento musical en general, pero luego lo he ido trabajando también y, de hecho, en mi última época he estado más obsesionado con el estudio de la música, de la teoría, de la improvisación, de distintas escalas, arpegios, etc. que con la técnica.
Pero sí, es un prejuicio como tal, porque hay guitarristas increíbles que tocan de la hostia y tienen una musicalidad acojonante. Pero también es cierto que a veces hay guitarristas que tocan increíblemente bien, pero no tienen ni puta idea de lo que hacen y normalmente se repiten mucho. Y también hay guitarristas a los que les pasa lo contrario: que tienen muy buenas ideas, pero que luego fallan mucho en la ejecución, y creo que eso también es un problema.
¿Qué guitarristas empezaron a definir tu estilo? ¿En cuáles te empezaste a fijar cuando empezabas y en cuáles te fijas ahora?
La verdad es que vas teniendo distintas influencias a lo largo de todo el proceso. A mí el primer guitarrista que me influyó fue Kirk Hammet, de Metallica. Recuerdo estar en mi habitación y sacarme, en total, unos 30 solos de Kirk Hammet. Fue el primero que recuerdo que me influyó en algo. No sé si me queda algo de su estilo en mi forma de tocar pero, desde luego, mi pasión por la guitarra tiene mucho que ver con él.
Luego, en cuanto a estilo, he tenido distintas influencias en diferentes momentos. Me influyó mucho en su día Yngwie Malsteem y también toqué muchos solos suyos. También me influyó mucho un guitarrista de aquí llamado Alberto Rionda, de Avalanch. Luego durante una época me influyó mucho un guitarrista no muy conocido llamado Olaf Thörsen, que tocaba en Labyrinth y en Vision Divine. Más adelante me influyó Michael Romeo (Symphony X), y más actualmente Victor Smolski, guitarrista de Rage. Hoy en día, por ejemplo, Greg Howe es un guitarrista que me alucina; que me ha influido poco, porque es muy lejano en cuanto a estilo, pero del que toco muchas cosas e intento adaptar alguna cosa que le escucho y le veo a mi forma de tocar.
A la hora de componer, ¿sigues algún proceso en concreto o depende del caso? ¿piensas en las técnicas que quieres utilizar o sigues algún tipo de patrón?
No exactamente, pero depende mucho del solo. Ahora mismo voy a empezar a grabar lo que sería el cuarto disco de Ópera Magna y no sé cuantos solos habré grabado oficialmente, quizá unos 30 o así y, junto con colaboraciones que he hecho en otros grupos, quizá he llegado a grabar en estudio un total de 40 ó 50 solos. En ellos he seguido distintos procesos y en cada solo he hecho cosas diferentes.
En alguno sí que he hecho lo que has comentado de “me apetece usar esta técnica sobre esta base, ¿cómo lo hago?”. En otros he hecho un proceso más dinámico, por decirlo de alguna forma, que es ponerme la base e intentar imaginar o canturrear cómo sería un solo que me gustase, lo grabo con una grabadora y luego intento reproducirlo. En otros casos, sobre todo en colaboraciones, me gusta escuchar la canción entera y ver si hay alguna melodía que me llame especialmente la atención e intento, de alguna forma, reproducirla en el solo aunque la base sea distinta. Lo adapto a la armonía, respeto el ritmo, o sólo 4 notas… es como coger un pequeño detalle para que al escuchar el solo no sea algo totalmente distinto del resto de la canción, sino que se pueda relacionar. Cuando son solos de mi grupo esto no suelo hacerlo, pero sí en colaboraciones, ya que de esa forma me meto un poco más en el proceso. Al fin y al cabo, yo no aporto nada mío a lo que me pasan y solo compongo el solo.
Ahora un poco sobre Ópera Magna. En estos últimos 12 meses habéis estado de gira por Latinoamérica, en Los Conciertos de Radio 3, en el Leyendas del Rock… ¿qué destacas de todos esos momentos?
En realidad lo destacaría todo, porque todo ha sido todo muy guay. Ha sido un año muy bueno para el grupo y para mí personalmente como guitarrista, y es difícil quedarte con una sola cosa.
Lo de Radio 3, por ejemplo, fue un subidón. Verme en la tele a mí mismo tocando en La 2 fue una cosa increíble. Todo son como sueños hechos realidad. Sé que mucha gente, por ejemplo, nos ha descubierto a partir de lo de Radio 3 ya que nos lo decían cuando venían a vernos en concierto.
La gira en Latinoamérica fue la hostia, obviamente. Fue otro sueño y fue muy especial estar tanto tiempo allí, haciendo muchos conciertos, creo que fueron en total 13 ó 14 si no recuerdo mal, y la gente de allí era súperentregada. Todo muy guay. Y el Leyendas del Rock también estuvo genial. También ha sido especial haber hecho una gira como tal durante este verano que, además ha tenido más de repercusión que otras giras que habíamos hecho.
En general, la verdad, es que el grupo parece que va para arriba y eso es un gustazo. Formamos el grupo hace unos 15 años y es un puntazo ver que cada vez va más hacia arriba y que seguimos creciendo.
Y ya una pregunta clásica… ¿para cuándo el segundo acto de “El Amor y Otros Demonios”?
Sí, ya es un clásico jaja. Pues se supone que ahora mismo está acabando de grabar el bajista, que le faltaba una canción por grabar, así que hoy estará acabándola y yo entraré a grabar la semana que viene (nota: la entrevista fue realizada el 22 de octubre). Supongo que en menos de una semana habré grabado todas las guitarras, por lo que la cosa está ya casi terminada. En principio, la idea es que esté a la venta para mediados de diciembre. Luego, obviamente, puede pasar algo raro, pero para mediados de diciembre debería estar en la calle.
Una pregunta un tanto filosófica que yo me he hecho muchas veces desde el punto de vista del oyente … ¿alguna vez has pensado que tu música acompaña a la gente? Como músico que forma parte de un grupo hay gente que te sigue, que te escucha por la calle, en el metro, etc.. ¿alguna vez te lo has planteado?
Sí que lo he pensado alguna vez. Además, creo que la primera vez que lo pensé fue estando en casa de un colega que se llama Carlos, un colega de toda la vida. Estábamos escuchando música y sonó el Painkiller de Judas Priest. Cuando llegó el solo estábamos los dos ahí escuchando y pensando “hostia que guapo” y me acuerdo que dijo “creo que este es el mejor solo de la historia del Metal” y dije “pues la verdad es que podría ser”. En ese momento pensé en que es curioso que estos tíos compusieran una canción en el ’91, hace casi 25 años, y que dos chavales en su habitación estén pensando “este es el mejor solo de la historia del Metal”. Eso es algo increíble.
En esos momentos yo ya tenía el grupo y se me quedó esa idea, que tiene que ser una pasada, aunque no te enteres nunca, que alguien del otro lado del mundo piense que algo que has hecho es la hostia. Y más o menos ese pensamiento sí que me ha acompañado siempre.
Lo pensé mucho durante la gira en Latinoamérica, donde estaba a 10000 kilómetros de casa y mogollón de gente viene a decirte que escucha tus discos o tus canciones prácticamente a diario, que le encantan… o algunos dicen que creen que eres el mejor guitarrista del mundo, que obviamente no lo eres, pero ellos lo creen y es un puntazo también que lo crean.
De alguna forma sí que lo tengo presente y, la verdad es que hace mucha ilusión.
Y ya para terminar, ¿tienes algún deseo o plan para este nuevo curso?
Lo principal que salga el acto 2 de “El Amor y Otros Demonios” de Ópera Magna, que vaya lo mejor posible, que sigamos en esa línea ascendente que parece que estamos siguiendo. A nivel personal, espero seguir mejorando como creo que lo hago cada año de mi vida. Cuando pasa un año intento mirar atrás para ver si soy un poco mejor guitarrista y, por ahora, veo que sí que lo estoy consiguiendo y estoy contento con ello.
Muy interesante charla con Javi y, personalmente, tengo ganas de escuchar el próximo disco de Ópera Magna que el anterior (“Del Amor Y Otros Demonios Act. 1“) les quedó genial.
Hasta la próxima LEMtrevista en vuestro blog favorito! 😉
Iván García
Alumno de L’Espai Musical